lunes, 23 de diciembre de 2013


rota

fueron diez mil fragmentos
entraron todos con elegancia
punzaron delicadamente mi piel
la penetraron hasta hacerla añicos

escribo para recurrir a la memoria
no la haré de editora con estos versos
porque me arde el alma
y eso no se puede corregir

fueron palabras
tremendas patadas a mi fé
sonoros relámpagos
un "ya no te quiero, mi amor"

teníamos listos los pasajes
la ida llena de jolgorio
nuestras venidas
éxtasis sin sepulcro

pero se agotó
se rompió la marca estridente
encartamos en la mesa de juego
equivocada

yo no quería errar
quizá herrarnos
con el fuego vivo
el que llevamos en la saliva

no me digas que tienes dudas
si veo en tus ojos
las riendas sueltas
para sentirme

es tan sólo el miedo
elegante cobarde
smoking de humo
donde cubres el rostro

reposas y tiemblas
tu barbilla de niño
pide a gritos la tome
para no dejarte hablar

y aquí en lo indecible
maldices un futuro
mutilas un presente
evocas nuestro pasado

me piensas
tal vez
te busco
y no estás

pienso en Acuña
y ahora entiendo a Rosario
hoy me toca ser él
tú, la dama que no se ha enamorado

fueron diez mil fragmentos
banderas sin mástil digno de honor
estocadas colmillo de jaguares infértiles
terremotos licuando mi pobre corazón


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